Fuente: O.M.S
Las variantes preocupantes (VOC, por sus siglas en inglés) son cepas del virus SARS-CoV-2 (el virus que causa la COVID-19) que han demostrado una mayor transmisibilidad, es decir, que se están propagando más fácilmente de una persona a otra. También pueden tener una mayor virulencia, es decir, pueden causar una enfermedad más grave o una mayor tasa de mortalidad. Además, pueden tener un impacto negativo en la eficacia de las medidas de salud pública, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas, y en los tratamientos disponibles, como las vacunas.
Las variantes de interés (VOI, por sus siglas en inglés) son cepas del virus SARS-CoV-2 que presentan cambios en el genoma que pueden afectar a sus características como su transmisibilidad, gravedad de la enfermedad y capacidad para escapar al sistema inmunitario o a los medios diagnósticos o tratamientos. Estos cambios en el genoma pueden incluir mutaciones o modificaciones en las proteínas del virus que le permiten evitar la respuesta inmune del huésped o resistir a los tratamientos disponibles. Actualmente no hay variantes de interés en circulación.
Si un Estado Miembro detecta el linaje de una variante preocupante bajo vigilancia, debe adoptar ciertas medidas para evaluar y controlar la propagación